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Para las plantas de acuario es muy importante que la concentración de CO2 en el agua sea la adecuada. El dióxido de carbono sirve a las plantas de nutriente y oligoelemento y, por tanto, estimula el crecimiento hasta el pleno desarrollo. Las plantas emplean el CO2 para hacer la fotosíntesis, proporcionando al agua el oxígeno esencial. Ellas evitan el crecimiento de las algas, eliminan sustancias nocivas, proporcionan refugios y escondites, y reducen los gérmenes.
Sin su fuente de energía —la luz—, las plantas no pueden absorber CO2, aunque desprenden CO2 de todos modos. Por eso, no es necesario suministrar mucho dióxido de carbono por las noches. La válvula electromagnética silenciosa permite dosificar la cantidad necesaria de dióxido de carbono. El aparato es controlado por el temporizador nocturno del sistema fertilizante o directamente por un controlador de pH (temporizador y controlador no incluidos en el suministro). La cantidad de CO2 adecuada es distinta para cada acuario y depende del volumen, la circulación del agua y las plantas que haya en él.
El cuerpo de la válvula consume 0,8 W, por lo que apenas se calienta, y funciona con un transformador de seguridad de 12 V. El imán silencioso permite ahorrar hasta un 50 % de CO2.